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Salud Mujer

Día Mundial de Prevención del Embarazo Adolescente






La primera relación sexual es un evento trascendente en la vida de los individuos porque modifica la vida afectiva y sexual. Buena parte de su relevancia depende de las circunstancias en que ocurra y de las consecuencias que se deriven de este primer encuentro, que pueden ser favorables o contraproducentes a su desarrollo, en función de la madurez de cada miembro de la pareja, de las precauciones tomadas para evitar consecuencias no esperadas ni deseadas como el embarazo o la transmisión de infecciones de tipo sexual, y de la existencia de condiciones necesarias para que la experiencia sea placentera.

El embarazo no planificado en adolescentes presenta condiciones críticas. Se estima que la edad promedio de la primera relación sexual en las mujeres de 15 a 19 años es de 16 años, mientras que en el conjunto de las mujeres en edad reproductiva (15 y 49 años) esa edad promedio es 19 años.

Lo más importante de la primera relación sexual es que ocurra de manera protegida. Desafortunadamente, el uso de la anticoncepción en la primera relación sexual no es una práctica extendida entre los adolescentes. Datos latinoamericanos señalan que en el 2009, sólo tres de cada diez mujeres entre 15 y 19 años utilizaron algún tipo de anticonceptivo en el primer encuentro sexual, mientras que esta proporción descendió a una de cada diez entre las mujeres de 15 a 49 años de edad.

Los adolescentes hoy día asumen una disociación entre la sexualidad y la reproducción. No obstante, la prevalencia de uso de métodos anticonceptivos en este grupo de edad es no mayor al 35%, mientras que para las mujeres en edad reproductiva (15 a 49 años) alcanza más del 65%, lo anterior sucede a pesar de que sobre el 90 % de las adolescentes manifiesta conocer al menos un método anticonceptivo.

La demanda insatisfecha de métodos anticonceptivos alude a las mujeres que, estando expuestas a la posibilidad del embarazo, no usan métodos anticonceptivos, a pesar de no desear embarazarse, esta situación deriva de la existencia de obstáculos relacionados con la oferta y la demanda de métodos de planificación familiar que impiden que los hombres y mujeres encuentren los medios apropiados para cristalizar sus preferencias reproductivas; entre las mujeres adolescentes.

El embarazo en las adolescentes es considerado como riesgoso por diversos factores, entre los de salud, destaca por ejemplo, la alta probabilidad de muerte durante las fases del embarazo, parto y puerperio, entre las sociales se encuentran las vulnerabilidades que enfrentarán las madres adolescentes que están en situación de marginación y pobreza.

La práctica sexual sin protección conlleva, además de la posibilidad del embarazo, la alta probabilidad de adquirir alguna infección de transmisión sexual, incluyendo el VIH/SIDA.

Los riesgos de un embarazo adolescente no sólo son biológicos y de salud, sino además sicológicos y sociales, dado que el desarrollo individual de las jóvenes tiene mayores tropiezos, ya que en muchas ocasiones abandonarán los estudios, con lo que su inserción en el mercado laboral posterior podría ser precaria, también pueden experimentar rechazo familiar, violencia, todo lo que puede acentuar las inequidades de género y la marginación.

Para que las adolescentes puedan ejercer una sexualidad responsable y protegida, serán indispensables acciones para una educación integral de la sexualidad en el sistema educativo, ampliar los servicios de salud amigables, diseñar y aplicar sistemas de atención en salud específicos a este sector de la población, garantizar recursos suficientes para el suministro básico de anticonceptivos modernos que incluyan la anticoncepción de emergencia en los sistemas de salud, etiquetar los anticonceptivos como insumos estratégicos de salud para garantizar su compra eficiente, oportuna y suficiente, reforzando las estrategias de información, educación y comunicación en la población dirigidas a los jóvenes y adolescentes para garantizar el pleno ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de este grupo prioritario de la política de población.

Dr. Patricio Barriga Pooley
www.saludymujer.cl